Creadora de Inclúyeme, un portal de trabajo para personas con discapacidad.
Vive en Argentina pero, como tiene familia en Montevideo, viaja a Uruguay seguido. Natalia Ca es licenciada en Relaciones Públicas egresada de la Universidad Argentina de la Empresa y hace seis años, cuando ideaba el portal se encontró con la posibilidad de sumar a la ecuación económica de la empresa el impacto ambiental y social. Desde entonces, en el sector privado y también durante su pasaje por la Secretaría de Emprendedores y Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Producción y Trabajo viene alentando ese camino para todas las empresas. Hoy a las 18.15 va a estar en el World Trade Center contando sobre su experiencia en el Startup Nation, un evento sobre emprendedurismo social organizado por la Agencia Nacional de Desarrollo, en conjunto con Socialab y la Embajada de Israel.
¿Qué fue lo que te llevó a incluir la parte social dentro del propósito de la empresa siempre más atado a lo financiero?
Me crie con la noción de que nos regimos por una lógica dual, de que para “ayudar” estaban las ONG o la iglesia y para trabajar, las empresas. De chica iba a una ONG pero cuando crecí arranqué la universidad y empecé a trabajar, así que dejé la parte social de lado. Sentía que me faltaba algo y cuando me encontré con mis dos socios ellos me contaron de las empresas “sociales”, me presentaron el modelo de [Muhammad] Yunus y me propusieron crear una empresa que tuviera impacto social. Ahí buscamos una problemática social que nos interesara y que a su vez pudiera tener detrás un modelo de ingresos para poder hacerlo sostenible, y fue cuando surgió la idea de vincular discapacidad e inclusión laboral.
A seis años de su creación, ¿qué impacto tuvo?
En números, más de 1.200 personas consiguieron trabajo a través del portal. Pero nosotros lo medimos también en términos de empresas por el cambio cultural que genera y persiste, no sólo puertas adentro sino a través de las familias vinculadas a esas empresas.
¿Hay alguna diferencia de este sistema con la responsabilidad social empresarial [RSE]? ¿Cómo se hace para que no quede en el discurso?
Es un tema. Siempre está la discusión de ponerles etiqueta a las cosas. En general hay dos grupos: el emprendimiento que ya nace con esta lógica de triple impacto y por otro lado la empresa que ya existe y quiere involucrarse en esta movida. A esta última siempre le cuesta un poco más y va encontrando algunas trabas porque su dinámica de funcionamiento es otra y seguramente el cambio sea más complejo. Pero siempre es mucho más que la RSE, que en general está más atada a un presupuesto y si hay que recortar gastos posiblemente no sea una de las prioridades. Creo que la RSE es necesaria y positiva, pero se quedó atrás en el tiempo. Hoy el planeta y la sociedad están pidiendo un involucramiento más fuerte de las empresas. Es un chip que tienen que cambiar.
Lee la nota completa en La Diaria