Se presentó el informe “Estadísticas de género 2016: Análisis de las desigualdades de género y su incidencia en la pobreza” elaborado por el Sistema de Información de Género (SIG) del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) del MIDES, el jueves 16 de noviembre.

La apertura estuvo a cargo de la directora del Inmujeres, Mariella Mazzotti, y los resultados del informe a cargo de Sharon Katzkowicz, del SIG. Además, se contó con la participación de Wanda Cabella, del Programa de Población; y Marisa Bucheli, del Departamento de Economía de Facultad de Ciencias Sociales.

La información presentada deriva del procesamiento de los microdatos de las Encuestas Continuas de Hogares del Instituto Nacional de Estadística, respecto de la pobreza y los ingresos de las mujeres en particular en hogares monoparentales.

Los datos

A nivel sociodemográfico, se destaca que al menos un tercio de los hogares están conformados por una pareja con hijos. Las jefaturas femeninas son las que predominan entre los hogares sin presencia de cónyuge, mientras que la jefatura masculina se presenta en mayor medida en los hogares en los que hay cónyuge.

Por otro lado, la evolución del modelo de proveedor o proveedora en hogares con núcleo conyugal entre 2006 y 2016 muestra que la proporción del modelo de provisión económica tradicional –en los cuales el varón trabaja y la mujer no- tiende a disminuir, al tiempo que aumentan aquellos con modelo de doble carrera.

En lo que respecta a la asistencia de niños y niñas a centros de educación formal, se advierte un aumento conforme aumenta la edad; si bien se registra una menor asistencia entre aquellos que viven en hogares pobres, respecto a quienes viven en hogares no pobres.

Al comparar las tasas de actividad y empleo de varones y mujeres entre los años 2006 y 2016, se ven aumentos, siendo el caso de las mujeres el que resulta más destacado. Esto se traduce en una reducción en la brecha de género respecto la tasa de actividad.

También se advierte una disminución en el porcentaje de personas y hogares en condición de pobreza. Pero los tipos de hogares, extendido y compuesto, así como el monoparental femenino, son los que presentan mayor porcentaje de pobreza y los que presentan una disminución porcentual menor que en el resto de los casos (para el periodo 2006-2016).

El informe presentado hace foco especial en los hogares monoparentales femeninos. Se advierte que en aquellos encabezados por jefas en edades más jóvenes -de entre 25 y 29 años- la tasa de pobreza es de 31,7%.

Al considerar la ascendencia étnico racial afro, se advierte que el porcentaje de pobreza es de 23,7% en los casos en los cuales la jefa se autopercibe como afrodescendiente. Si bien este porcentaje de pobreza se ha reducido notablemente entre 2006 y 2016, continúa siendo más del doble que el promedio de todos los hogares pobres.

A su vez, en los casos de hogares monoparentales femeninos en los cuales se registra presencia de menores de 4 años, la tasa de pobreza alcanza el 41,4%. Recordemos que la tasa de pobreza para todos los hogares es de 6,2%.

Dadas las altas tasas de pobreza que presentan estos hogares, se señala la necesidad de buscar estrategias específicas para combatir la pobreza y la vulnerabilidad con perspectiva de género y las dimensiones asociadas.

Fuente: http://www.inmujeres.gub.uy/92008/la-desigualdad-en-datos

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